viernes, 2 de julio de 2010

UNA ETICA DEL AGUANTE

Entrevista a Diego, Coordinador de Cooperanza

UNA ÉTICA DEL AGUANTE

Trabajo comunitario en el Hospital Psiquiátrico J. T. Borda

“Lo que pasa es que [el Borda] es muy chocante. Lo más chocante es que te encontrás con gente muy parecida a vos en cuanto a que no te vas a encontrar a un tipo pintado de verde. No está diferenciado quién es interno y quién es externo. En COOPERANZA a veces venimos con ropa medio rotosa, y más de una vez nos piden documentos al salir...” (Diego, Coordinador)

De esa charla con Diego (ahí en uno de los enormes patios del Hospital Borda, sentados en un cantero, sábado por la tarde, con sol y un poco de calor) dos tópicos –sobre todo- me quedaron: reparar reparando y hacer el aguante.
Diego junto con Luis, pero en verdad junto con veinte personas más coordinan COOPERANZA, organización que podría definirse como un grupo de acción comunitaria que trabaja desde el `85 dentro del Borda –en el servicio 74- como una alternativa para los muchachos de adentro a la terapia que tiene el hospicio. Todos los sábados de 14 a 18 hs., Diego y todos los demás se juntan en un espacio semicircular lleno de árboles para brindarles a los muchachos internos diversos talleres: plástica, artesanías, literatura, música, juegos, todo coronado con una muestra de los resultados, y con una merienda a la que asisten 120-130 personas, casi la mitad más de los 60-80 pacientes que trabajan en los talleres. Sobre 1200-1300 COOPERANZA reúne el 10 % de la población total del Borda durante la merienda. Y no es un dato menor. Ni los muchachos de adentro ni los de afuera van por el pancho y la coca. Para los primeros está la certeza de un espacio ni frío, ni con guardapolvos, ni violento. Para los cooperanzadores es el momento de darse cuenta de algunas cosas: que están trabajando para otros, que son pocos los que hacen eso y que es poco el presupuesto.
A COOPERANZA la fundó Alfredo Moffat –discípulo de Pichón Riviére- en 1985. Él mismo había creado en 1971, el 11 de diciembre, la “Peña Carlos Gardel” dentro del Hospital. Luego en 1982 formó El Bancadero (también el Bancapibes) que funciona hasta hoy.
Diego es Psicólogo Social y estudió en la Escuela de Psicología Nacional de Alfredo Moffat. Hace cinco años que está allí en el grupo y hoy está desocupado. En un trago amargo de su vida Diego hizo el “click”, se dio cuenta de la necesidad de ayudar a los otros y de a poco comenzó a asistir al Hospital a llevar ropa. Poco a poco se iría quedando. Hoy coordina.
Con ese “click” aparece el primer tópico: reparar reparando. De allí el objetivo primordial de la asociación: la reparación de los vínculos -con la sociedad y con la humanidad- de los que son despojados todos aquellos que ingresan al manicomio. Los espacios generados por COOPERANZA, y por casi todos los grupos comunitarios, alertan sobre una necesidad cierta y real de los desposeídos, de los desprotegidos, pero también de aquellos que sin estar en el absoluto abandono ven cómo sus situaciones personales-profesionales-sociales se van modificando y entrando en crisis. Modificación que casi siempre tiene que ver con una ruptura de posibles identidades con grupos diversos: no se es trabajador, no se es profesional activo, no se es intelectual, no se es mendigo, no se es católico, no se es musulmán, no se es anarquista, no se es (casi, casi ni argentino).
Lo que esta historia, como muchas otras, parece contar es que cuando uno ingresa como colaborador a grupos comunitarios comienza a ser porque empieza a pertenecer a un grupo donde se pueden hacer cosas y donde se deben hacer cosas. La gente de COOPERANZA se reúne no sólo los sábados sino también algún día en la semana para organizar, pensar, discutir, recolectar dinero, buscar contactos, salidas, marcar las fechas importantes para festejarlas, conmemorarlas. Luego el sábado a partir de 13:30, 14 hs. en el Hospital, cansados de la semana de trabajo o de estudio (o cansados de no tener trabajo) se juntan donde ya los muchachos los están esperando, en el lugar de siempre. Ellos, los de adentro, los reciben, y les dan, les regalan otro grupo donde identificarse. Cada interno feliz o en un estado semejante son veinte colaboradores felices.
Para cada colaborador ésa o cualquier otra participación es una clara decisión comunitaria, aún cuando Diego no crea estar haciendo política. Dentro del grupo hay pocos o casi ningún militante. Ellos no van por esa, no piensan –al menos dice Diego- en pelear contra las injustas condiciones en el afuera. De hecho, el problema de los internos pasa por una cuestión estructural y cultural: el “loco” es un chivo emisario, un sujeto marcado, que al vivir allí donde viven los locos, el hospicio, genera identidad hacia adentro y hacia fuera: el hospital como único reservorio de la locura lleva tranquilidad a los de afuera que creen que si no están allí es porque no son locos.
Ellos no militan sino que, y ahora el segundo tópico, ellos hacen el aguante. No la pelean afuera, buscan embellecer el adentro. “Como COOPERANZA trabaja con una población heterogénea, no importa si [el que asiste al taller] sabe dibujar o si quiere hablar o si se quiere venir a tirar al espacio ... es una cuestión de respeto ... buscamos eso de la dignidad... ahí va la idea..”.
La alternativa a la terapia del hospital que ofrece COOPERANZA hace que se reconozca a los pacientes como individuos particulares revalorizando la subjetividad de cada uno para que resurja su identidad. A partir de esto cada uno se apropia del espacio a su manera (el espacio es participativo, no evaluativo) generando pertenencia a un contexto vincular de interacción entre sí y con los coordinadores. Hay en todo ello un fortalecimiento del yo, una visualización de los demás y de cada uno a la hora de presentarse ante el inmemorial semicírculo de la asamblea hacia el final de la jornada.
El aguante remite a otra fuente, otra forma de acción conjunta en donde los individuos generan identidades, la hinchada de fútbol, pero remite reformulando en términos positivos dicha acción que muchas veces termina en pura violencia. El aguante es lo barrial, lo grupal, lo que remite al intragrupo, cuando uno dice “aguanten/aguantemos” dice algo que tiene que ver con el preocuparse especialmente por los que forman ese grupo. “Yo me voy como si hubiera comido un asado con mis amigos, como si hubiera ido a la cancha. Tras una historia clínica hay una historia de vida. Hay gente que hace cuarenta años que está, gente que no toda la vida fue paciente te cuenta historias, esas cosas son fuertes a nivel personal. Me cambió mi manera de ver el mundo. De hecho es un agradecimiento eterno. Es más, el tesoro más preciado hoy es esto, no lo cambio por nada si tengo que venir. Me siento con la misma energía que el primer día en que vine ... quizá con más compromiso. No creo que esto tenga que cambiar.”
El aguante es bastante distinto de la militancia o la resistencia que hace mucho más visible al contrincante, a aquél al que hay que resistirse, contra el que se milita. De hecho si el primer tópico –reparar reparando- remite a Pichón Riviére, el segundo a Alfredo Moffat y de una manera explícita. El aguante está dentro del mismo abanico de sentido que el bancadero: “bancar” a alguien es apoyarlo, y la preocupación se centra en esto, en la acción positiva del grupo sobre el grupo mismo. Hay tal vez un agresor (¿enemigo?) externo, pero la preocupación es por mi compañero. Por eso Diego dice embellecer el adentro: hacer el aguante a personas que no han recibido en años visitas, mucho menos atención humanizante, cariño, un oído. Nada.
Hoy en día COOPERANZA es Asociación Civil. Esto lo consiguieron con dinero propio y después de mucha lucha. Es un gran paso. Pero saben que son pocos, son necesarios muchos más colaboradores que se acerquen. Nadie pone condiciones, excepto saber que se va a trabajar en grupo -lo más difícil de aprender y cumplir bien, como Diego reconoce. El requisito entonces para poder participar es saber compartir. “Veinte es un número escaso por la demanda que nos hacen los pacientes... ellos durante la semana no hablan con nadie, cuando te acercás te cuentan todo el rollo de la semana. O tal vez lo que te piden a través de la de manada de un lápiz, una hoja, es un reconocimiento como persona, que uno le devuelva la imagen es lo que ellos buscan, que es lógico ... todos necesitamos de otro.”
En la actualidad, cada un mes, el grupo es supervisado por Alfredo Moffatt. Esto habla de la certeza con la que trabajan sabiendo que nadie hace nada solo. Todos necesitan ayuda. En el caso de los nuevos integrantes tiene que ver con la guía y orientación que reciben de parte del grupo: al entrar a trabajar allí es necesario romper mitos sobre la locura para poder permitir una tarea consciente y libre de preconceptos inmovilizadores.

DATOS COOPERANZA
Invitación: a todos los que quieran colaborar de manera general o proponer seminarios, talleres, hacer música, teatro, dar ideas o espacios para difusión
Lugar: Hospital Borda
Día y Horario: Sábados de 14: 00 hs a 18:00 hs.
Contacto1: cooperanza@yahoo.com.ar (los lee Luis)
Contacto2: 4635-0334 (teléfono particular de Diego); 5234-6303 (teléfono particular de Luis)
Actividades:

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