viernes, 2 de julio de 2010

LA CONQUISTA DEL DESIERTO NO HA TERMINADO

LA CONQUISTA DEL DESIERTO NO HA TERMINADO ...

Benito Cumilao, integrante de la comunidad Mapuche de Mellao Morales, habló con MINGA -en Lonkopué, un pueblo a 300 kms. de Neuquén Capital- sobre el pensamiento de su pueblo y los conflictos territoriales de este tiempo.

Benito, la comunidad, el medio natural ... y la invasión
Me llamo Benito Cumilao. Pertenezco a la comunidad mapuche Mellao Morales. Después de la conquista del desierto y de la pacificación de la araucaria en Chile se fueron creando comunidades a partir de todos los que se salvaron de Roca.
Acá hay 49 comunidades y la más grande -Mellao Morales- tiene 110 años. Antes, cuando eran libres, las comunidades mapuches iban desde Azul hasta el sur de Chile. Luego de la dominación las comunidades regresaron a los espacios que podían alcanzar, aunque no fuera su idea estar en un lugar como por ejemplo Huaren- chenque porque es un lugar muy inhóspito donde no se puede sembrar. Las comunidades se reorganizaron. Antes eran un solo pueblo, por eso se hablaba del Wal-Mapu, es decir todo el contorno donde vivía nuestro pueblo. Para los mapuches era natural moverse en todo ese espacio territorial, no tenían un límite que les dijera usted puede llegar hasta Cutral–Có o hasta Zapala. Cada mapuche tenía su nombre dependiendo de la zona geográfica. Cuando invadieron, ignoraron la cultura, destruyeron el límite geográfico. La cultura mapuche hoy es una realidad. Yo creo que si el general Roca siguiera vivo se lamentaría que le quedara la mitad del pueblo mapuche vivo. Es la que hoy sigue peleando...
Lucha y resistencia a las invasiones
Estuve trabajando mucho tiempo en la organización de comunidades mapuches que representan a todas las comunidades mapuches de la provincia de Neuquén. En esa misión yo empecé a entender que no representa a una comunidad cualquier mapuche, ni el que levanta la voz para defender el espacio, sino el que habla en nombre de todas las comunidades revindicando la cultura mapuche que es revindicar el pueblo mapuche. En primer lugar, los derechos básicos: la educación del pueblo mapuche, el idioma, la lengua, el color de la piel que todavía no se lo han podido sacar porque el pueblo mapuche en Neuquén y en Chile fue una de las culturas más fuertes que tuvo que enfrentar la invasión española y la invasión argentina.
Fueron muy fuertes: a través de la cruz, el sable y el arma fueron mortales para los mapuches. La religión católica fue esencial para la muerte de los mapuches, quisieron terminar con nosotros en nombre de Dios.
La conquista del Desierto no ha terminado: ahora no es a través de la cruz o del arma sino que el arma que utiliza el sistema es psicológica que va matando día a día, poniéndole una religión diferente, una política diferente, una forma de ser diferente, el tema del materialismo, de la vestimenta, del economicismo, te van destruyendo en ese sentido. Ni la conquista, ni nuestra lucha han terminado contra la invasión político-jurídica propiedad del Estado.
La defensa de la biodiversidad es una defensa de la persona misma
Hasta hoy el pueblo mapuche nunca dejó de pelear, nunca perdió la visión, porque el pueblo mapuche no fue violento, nunca usó el arma para matar a alguien sino para defender la vida como vida, no para defender los recursos económicos, los recursos naturales, sino para la biodiversidad.
La única forma en la que podía vivir el che, la persona, era defendiendo. Por eso lo que hizo el pueblo mapuche, es lo que hicieron nuestros jefes: defender la vida, la biodiversidad no fue hija de la ambición.
Era una forma de vida. Nosotros éramos los encargados de fortalecer el equilibrio natural de esa naturaleza y cuando se violentó del todo lo único que pudimos hacer fue defenderlo. Lo dijeron nuestros caciques, Purrán, Cafulcurá, ésa fue la visión de nuestro pueblo y sigue siendo la misma, defender la vida.
Hoy nos toca vivir una realidad que es imposible negar: tengo que convivir con la sociedad no-mapuche que es la sociedad argentina donde uno tiene que empezar a fortalecerse para cambiar la forma de hacer entender a la otra sociedad qué es lo que quiere, qué visión tiene el pueblo mapuche. Tenemos que empezar a trabajar sobre la base de dos culturas: la argentina y la mapuche.
La otra sociedad, la intercultural
Y aunque el pueblo mapuche siempre estuvo dispuesto al diálogo, nos invadieron y nos mataron. Lo que hicimos fue defendernos, lo que no se entendió fue lo que nosotros queríamos. Si tuviéramos que hablar del Estado argentino creo que con el tiempo cada persona se dará cuenta de quién nos invadió, de quién masacró una cultura a la que podríamos haber contribuido de importante manera.
Sería así otra sociedad mucho más importante, veríamos la diversidad de vida de otra forma porque tendríamos una cultura que conoce ese medio. La nación mapuche sigue estando, lo que falta es que el sistema jurídico político y social la acepte.
La Constitución habla de la preexistencia de los pueblos indígenas y dice que éramos un pueblo libre en este espacio territorial. El Estado Argentino reconoce que ya estábamos antes de que él se creara. Eso garantiza que nosotros no estamos violando nada.
No estamos tratando de apartarnos y crear una nación. El pueblo mapuche tiene su estructura. Ésta nos permite hoy nuestra existencia, si no sería imposible que existiéramos y estaríamos todos muertos, como los incas que eran materialistas, economicistas que pensaban que con muchas riquezas podían vivir, pero el pueblo mapuche jamás pensó en la riqueza, pensaba en vivir con el medio de vida que teníamos, en equilibrio con la diversidad de vida.
Un pueblo comunitario
Es una forma totalmente diferente de pensar. El pueblo mapuche piensa circularmente, no tiene un ser superior: el Lonko -para nosotros Cafulcurá, Purrán- era la cabeza de nuestro cuerpo y no podía decidir sin el cuerpo y sin las piernas que éramos nosotros. En esa forma el pueblo mapuche se organiza por eso es comunidad y eso es comunitario. El pueblo mapuche siempre trabajó en comunidad con la biodiversidad, con el che, con la persona, con la gente, con todo lo que lo rodeaba -piedra, agua, río, planta- todo eso era parte de la vida. Éramos una parte de un sistema de vida. Yo soy Cumilao, mi origen es el mar, cuando yo me muera mi fuerza va a ir ahí, voy a seguir siendo fuerza hasta después de la vida, hasta después de la muerte. El mapuche nunca muere porque el origen está en el medio.
La cosmovisión occidental es sectaria
Ahora, qué pasa con la visión occidental que dice yo soy el mando. Hace como el cacique – representándose como superpoderoso - y no como el Lonko: legislan para todos pero ellos deciden, los que están abajo se van a quejar, se van a morir pero ellos deciden. Por eso la sociedad civilizada, como dicen ellos, está como está: la sectorizan, dicen que existe la democracia, pero si no existe una política coherente que apunte a una democracia que sea superadora, que tenga un objetivo que haga fortalecer la economía con el tiempo no existe.
Sectorizan, marginan: hablan de los villeros, de los drogadictos, de los borrachos, no dicen que van a trabajar para el pueblo, así nosotros vamos a caer en esa misma marginación y no queremos caer ahí, queremos seguir siendo como fuimos: un pueblo organizado que coordinaba su pensamiento ideológico-social.
Ellos dueños de nuestras tierras
En cada manifestación el pueblo mapuche se defiende de la invasión y la contaminación ambiental, en Chapelco, Copahue y Cavihavue. Lo que pasa con Benetton y no sólo con Benetton sino con aquel que viene de Europa y compra cientos y cientos de tierras mapuches –lo hace Tinelli vecino de Benetton-, lo que hace la justicia no lo hace en contra del mapuche sino que decide a favor del poder económico. No es casualidad en el caso de Benetton que la justicia falle a favor del poder económico, lo mismo pasa con Chapelco, con tal que se pueda lucrar con los medios naturales.
También Capossollo que es dueño de una pista de esquí pudo sostener durante veinte o veinticinco años la contaminación ambiental: arriba hicieron la pista, hoteles, cabañas, pero abajo está la vertiente del agua que surge de esa cordillera así que toda la napa se fue contaminando con todos los desechos, contaminando no sólo a la comunidad mapuche sino a gran parte de los habitantes de San Martín. Pero a ellos no les interesa eso sino que haya una buena temporada de turismo. Y como el clima con el tiempo ha ido cambiando y no hay más nieve, entonces se traen los cañones de nieve de lugares donde ya no se permite esa tecnología por que ya sabe que es contaminante.
Sapag es otro. Hace más de cuarenta años que gobierna en la provincia el movimiento popular –una manera de decir-. El movimiento popular empezó a juntar gente en la época buena de la provincia del Neuquén cuando había petróleo. Todos los que lo votaban tenían vivienda. Trabajo nunca faltó. La familia Sapag se fue apropiando de todas aquellas zonas donde abundaba la riqueza, donde hay cobre u oro.
En el conflicto con la minera sucedió eso. Él dice que se la compró a la provincia, pero no le compró nada.
Ahora la confederación mapuche va a fiscalizar la mensura de las tierras, porque ella representa no sólo a los mapuches de las comunidades sino también de la ciudad, porque habrá 28.000 mapuches en las comunidades pero el 80% está en las ciudades. Todas las riquezas de las familias poderosas nacen cuando nos corrieron de nuestras tierras, porque en ese medio natural hay un vacío, falta el che, la persona. Lo que hace posible esto es fácil, usan cualquier excusa, exigen que los chicos estudien la secundaria y para eso tienen que irse a la ciudad. Te van metiendo en la ciudad para sacar más pronto a la gente que habita en los lugares donde hay cobre, oro, para poder explotarlo a su criterio. La organización de la confederación mapuche está buscando que se haga realidad lo que la misma Constitución dice. No basta con decir como los mismos Sapag, tenemos descendencia mapuche, y en la práctica no se reconocen los derechos de ser libre dentro de nuestro espacio. Sobish le vendió el terreno a Repsol con gente y todo. El pueblo mapuche es Lomailalata en donde está el petróleo más importante de América. La provincia vende esas riquezas con todo lo que hay adentro, entonces nos manifestamos y ahí éramos mapuches violentos.
Sistema de educación – sistema de dominación
Yo no terminé el primario, hice hasta cuarto grado. Si hablamos de la educación y de la barbarie de Sarmiento, nosotros sufrimos eso. Lo que terminó de matar al idioma del pueblo mapuche fue la educación del Estado y en esto no culpamos a los maestros sino que es un sistema. Ahora creo que la mayoría de los maestros está cambiando, está rompiendo con ese sistema jurídico
Otros fueron muy al pie de la letra y hicieron valer esa forma de educar, nosotros no entendíamos castellano, hablábamos nuestro idioma, nosotros vivíamos nuestro mundo, ellos no entendían y nos hacían entender con una regla en la cabeza a cada uno. Todo era palo para que nosotros dejásemos de hablar en ese idioma indio: nos enseñaban en el libro del tercer grado que los indios eran vagos, brutos, que comían la carne cruda y tomaban la leche caliente. Esa fue la forma que tuvo de educar el Estado... por eso los alumnos de hoy son sumisos... tímidos.
Desde el noventa hasta la fecha han cambiado algunas cosas, tenemos algunos representantes jurídicos para defender nuestra cultura. Un abogado tiene que romper con esas formas del sistema del código penal o del código civil porque no está contemplada la cultura, no existe la cultura, la ley es fría y es así, no hay coherencia en lo que se dice, no hay criterios para enjuiciar a aquellas personas que verdaderamente hacen las cosas mal. El futuro de muchos chicos se lo está llevando otro. Por eso la educación tiene que ser intercultural, nosotros podemos aportar mucho, y esto se va a dar sólo cuando las otras ciudades entiendan que existe un pueblo mapuche. Si la democracia no se pone en práctica con un paso político importante no existe democracia, sino que es una farsa porque no existen políticas que hagan posible fortalecer no sólo la cultura mapuche sino esta sociedad argentina.
Aunque hay en Argentina diversidad de lenguas, diversidad de culturas, eso no es la Argentina: la educación es importada, la justicia también, la bandera viene exportada, la religiosidad también, hasta el origen: cuando dicen cuál es tu origen siendo argentino uno dice mi origen es español o francés siendo que uno es argentino. Nosotros primero somos mapuches y después podemos compartir la idea la idiosincrasia de este pueblo.

El aporte de cada uno y de todos, para ud., lector
El primer aporte que pueden hacer es exigir que se cuente la verdadera historia del pueblo mapuche porque la verdadera historia no se cuenta. Casa Miquela dice que nosotros estamos pegando los últimos gritos, que los mapuches en Neuquén ya no existen más. Los chicos que estudian historia tienen que pedir la otra parte de la historia, qué pasó, porqué nuestra vestimenta está en los museos, porqué están en el museo nuestros elementos fundamentales que son los elementos de las machis.
Todos los que lean esta nota tienen que luchar para que se devuelvan esos elementos al pueblo mapuche porque está vivo. Nosotros no podemos hacer un museo de Roca, de San Martín, y traer el caballo dentro de una casa, como en Buenos Aires que tienen todos los instrumentos mapuches encerrados, aunque el Estado siga negando eso. El aporte que puede hacer el lector es compartir la existencia del pueblo porque lo demás se está dando tanto la organización jurídico-social como la educación para la interculturalidad, porque la visión política también tiene que ser intercultural.

Benito Cumilao da charlas sobre interculturalidad en institutos de enseñanza media y secundaria. Para contactos minga_comunitaria@yahoo.com.ar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario