lunes, 5 de julio de 2010

TEATRO COMUNITARIO - CENTRO CULTURAL ESTACION PROVINCIAL - LA PLATA

TEATRO COMUNITARIO–CENTRO CULTURAL ESTACIÓN PROVINCIAL-LA PLATA

LOS OKUPAS DEL ANDÉN

Guadalupe, Verónica, Belén son actrices. Ellas buscando conectar su formación artística con un trabajo más social desde hace dos años llevan adelante un taller de teatro comunitario en CCEP. Empezaron con 15 integrantes, hoy son cincuenta. Con ellos ponen en escena su obra “Historias anchas en trocha angosta”.

¿Cómo surgió el teatro comunitario en el CCEP?
Empezamos hace dos años (septiembre de 2003). El CCEP tenía la idea de hacer teatro y acercar la gente del barrio a la estación trabajando la identidad y la memoria de este lugar.
Tomamos clases con la gente de Catalinas Sur y Calandracas y nos hicimos de herramientas de lo que era el teatro comunitario que coincidía con lo que queríamos hacer acá.
¿Qué tipo de herramientas?
Y, cómo se trabaja, qué es el teatro comunitario, por ejemplo que se trabaja por asociación de ideas, con personajes en bloque, que se hace teatro no sólo para armar una obra –que es una creación colectiva- sino que también formás un grupo que se tiene que organizar, autogestionar. Eso lo aprendimos y ahora seguimos aprendiendo con el crecimiento del grupo.
Al mismo tiempo empezamos acá con la convocatoria en el barrio. El primer año terminamos quince. Al año siguiente siguió entrando gente porque el grupo siempre está abierto.
¿El objetivo es montar una obra y formar un grupo?
Las dos cosas. Por un lado es formar el grupo, porque al principio casi toda la responsabilidad recaía sobre nosotras como coordinadoras. Ahora hacemos la dirección artística. Todo lo que corresponde a lo organizativo el grupo lo maneja a través de comisiones, división de roles, de trabajos. Es el gran salto de este año. Y eso hace más expeditiva la cosa, fue necesario porque ahora somos 50 personas y al principio de año éramos 30.
¿Cómo se trabaja en la parte artística, en la dramaturgia?
La dramaturgia está a cargo del grupo. La dinámica es dividirse en grupos, se escoge cierta anécdota y sobre eso se crea una escena y también las canciones. El material sale de la investigación y la recopilación de temas del barrio. Hay gente que vivió mucho tiempo acá y trabajó en el ferrocarril. Una vez eso, nosotras de afuera vamos ordenado las escenas, vamos limpiando y tomando lo que nos parece que va, lo que no.
Pero en verdad el armado de la obra es todo creación colectiva y está sacado de historia escrita y oral contado por vecinos que no necesariamente son del barrio.
¿Cómo es la dinámica de cada sábado?
Primero una entrada en calor. Luego una dinámica para dividirse en grupos. En cada grupo se trabajan temáticas con escenas y canciones. Esto que va saliendo (escenas, canciones) están registradas desde principio de año. Puede ser que lo que quede ahí lo saquemos a flote o que lo dejemos ahí.
Además se va ensayando la obra con sus escenas y canciones. Al final hay una especie de asamblea donde cada comisión comunica las cosas a las demás.
Los que vienen no son todos del barrio…
Una mitad es del barrio y hay otra mitad que tenía ganas de participar en algo así porque conocían la experiencia o porque se querían divertir, y así se acercaron.
O sea que cada uno aporta lo suyo…
Como es comunitario, todos venimos en calidad de vecinos y cada uno aporta lo que sabe hacer: nosotras sabemos de teatro, otro sabe coser y hace el vestuario, otros se dedican a la escenografía, otros que no querían actuar (eran gente mayor) vinieron y nos contaron historias muy importantes para nosotros.
Una característica fundamental del grupo es que tenemos gente de 5 a 70 años. Y trabajamos entre todos, armamos las escenas, las canciones.
¿Las canciones van dentro de la obra?
Hay mitad canciones y mitad escenas porque el teatro comunitario viene un poco de la murga y del teatro criollo y por eso se trabaja en la calle y hay mucho movimiento de entrada y salida en escena que tiene que ver con la murga, la entrada en bloque y la canción que sintetiza algo que actuado llevaría media hora. Las canciones son melodías conocidas y letras puestas por nosotros como en la murga.
¿Y eso lo hace una persona?
No, se canta entre todos porque es canto comunitario. Se necesita como mínimo treinta personas para ese efecto de voz homogénea y si hay diez personas delante del telón hay otras veinte detrás para conformar esa voz colectiva.
También los personaje son colectivos, un mismo personaje es hecho por varias personas, todos dicen texto en bloque dicen el mismo y si uno solo el mismo en la calle se pierde un poco.
¿Los que asisten están preparados para después abrir ellos un espacio de teatro comunitario?
Todo depende. Es cierto que adquieren conocimientos y que hay tareas que se van delegando, pero también es necesario tener otras herramientas además de formar parte del grupo.
El objetivo nuestro no es formar ni directores, ni actores, ni cantantes, es contar una historia de este barrio y a través del teatro comunitario.
¿En La Plata no hay otros grupos?
Ahora se abrió uno en Berisso, y en La Plata están los Dardos de Rocha que salieron del mismo seminario que nosotros. De ahí salió un proyecto del teatro comunitario. Es como que también somos parte de ellos, estamos muy comunicados.
¿Y con los demás?
Pertenecemos a la Red de Teatro Comunitario que hace tres años empezó a promover Catalinas Sur y Calandracas. Una vez por mes nos juntamos los directores de los grupos de la zona y a veces llegan de otras provincias. En la reunión se charla sobre la problemática sobre lo organizativo. Ahora estamos organizando el encuentro de teatro comunitario que este año se hace acá en La Plata en diciembre.
¿Cuáles son los problemas que enfrenta un grupo como el de uds.?
Uhhhh, varios. Pero uno sería el de evitar que la responsabilidad del funcionamiento caiga en manos del director; aunque cada grupo es un mundo, nosotros tomamos las decisiones en asamblea, en conjunto. Otro problema sería el compromiso a la hora del ensayo porque es necesario que estén todos para ensayar la obra. Hay además cuestiones nuevas, por ejemplo la responsabilidad civil de los nenes que asisten acá, algunos venían sin padres, entonces se decidió que los padres vinieran a participar o que se quedaran mirando pero cuidándolos, porque es mucha responsabilidad ya que se trabaja mucho en la calle, y ya tenemos trece chicos y algunos son muy chiquitos. Otro es la entrada y salida de integrantes del grupo.
No hay clausura…
No. La idea es que cuanto más mejor. Y la diferencia aporta. Este año por ejemplo en un encuentro en Barracas de teatro comunitario hubo un gran aporte de los chicos que trabajaban en grupo desde el juego la misma temática que los adultos: qué es el teatro comunitario. Y ante la dudas de los adultos, ellos pudieron responder con un dibujo. Una de nuestras nenas, Paloma, dijo “yo recorté y pegué papelitos con el nombre de cada integrante, y son papelitas de distintos colores y distintos tamaños porque a pesar de las diferencias estamos todos juntos”, y eso fue genial.
En otro momento cuando una persona que investigaba sobre teatro latinoamericano compartió un ensayo y se les pidió a los chicos que opinaran, sobre qué les modificó el teatro comunitario uno dijo “nosotros aprendimos a decir nuestra palabra, a levantar la mano en la escuela y decir lo que pensamos aunque no sea lo que piensa el resto”. Y si un chico aprendió a decir su palabra, para nosotros eso ya es muy bueno.
¿Hay alguna razón social para este crecimiento del teatro comunitario?
Y, sí. Por ejemplo, muchas personas que participan en el grupo de teatro eran parte de la Asamblea Barrial de Meridiano V. Y era gente que estaba buscando poder expresar lo que sentía y como lo nuestro no queda en lo artístico, porque nosotros creemos en el arte como transformador social, poder tener un lugar donde expresar lo que vos pensás, crees y a la vez transmitirlo a un otro, un espectador, un compañero de grupo resulta atractivo. Además la gente que se acercó tenía ganas de pasar por la experiencia de transformar y de transformarse.
Hay un doble camino…
Sí el cambio es individual y colectivo.
Y es una forma de política desde el arte…
Sí, porque estamos haciendo política desde las ganas de hacer, expresarse y comunicarse hasta quejarse. A lo mejor con una canción estás diciendo lo que te parece mal del gobierno (por ejemplo que se robaron las vías del tren), y tal vez un político te está aplaudiendo porque lo estás comunicando de otra forma, bajo la nariz de payaso. Pero nuestra metodología no es instalarse en la queja ni en la discusión individual, es estar constantemente creando, comunicar lo que está pasando. Y si hay problemas, no se queda en la discusión, se va al laburo.
¿Cómo se sustentan?
Con la gorra que pasamos cada vez que ponemos en escena la obra, además con rifas para poder sostenernos y bancar la producción.
¿Y en el futuro?
Por un lado tener más presentaciones para tener más práctica escénica, ensayar más algunas escenas para asentarlas y además ver si sale una segunda obra.

Sábados 15 a 18 hs

Contactos: teatrocomunitario@argentina.com
losokupasdelanden@argentina.com

Palabras: 1570

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