MUSICOTERAPIA COMUNITARIA EN LUGANO

MUSICOTERAPIA COMUNITARIA EN LUGANO

La burocratización de los servicios médicos, públicos y privados, la relación asimétrica entre médico y paciente y la falta de servicios de algunos centros asistenciales provocaron la aparición de distintos grupos que tratan de acercar prácticas de salud a la comunidad, tratando de paliar situaciones de pobreza y marginalidad. Uno de estos grupos es la Comisión de Acción Comunitaria que desde el año pasado comenzó a gestar un proyecto para insertar un dispositivo de salud en diversas instituciones y así brindar a través de la musicoterapia atención clínica a niños en situación de riesgo.

Martín González es musicoterapeuta y coordina desde hace un año la Comisión de Acción Comunitaria dentro de la Asociación Argentina de Musicoterapia -A.S.A.M. Junto a su equipo creó un dispositivo de salud que se inserta en distintas instituciones a las que acuden niños de sectores carenciados -escuelas, comedores, parroquias-.Con ello intentan solucionar el problema que ocasiona a estas familias en situación de riesgo acercarse a centros de salud lejanos a su domicilio y ofrecen una alternativa a las excesivas demandas de los centros médicos.

“...La idea fue siempre generar una red de trabajo en equipo insertándola en varias instituciones simultáneamente...”

A principios del 2003 por intermedio de A.S.A.M. se llamó a una convocatoria de profesionales y estudiantes de musicoterapia que quisieran trabajar en el proyecto – relata Martín–. A partir de mayo del mismo año con el equipo ya formado comenzaron a reunirse diagramando la línea de acción. Fue así que el proyecto inicialmente con un objetivo clínico – musicoterapéutico comenzó a ampliarse hasta la prevención en salud.

“...Del colegio los mandaban a tratamiento psicológico del cual desertaban al poco tiempo por los gastos que le ocasionaba el traslado y por la excesiva demanda que tienen los centros de salud sumado a la falta de servicios de musicoterapia...”

La Comisión de Acción Comunitaria busca la disminución, modificación o resolución de problemas a través del trabajo clínico- musicoterapéutico, esto es, la utilización de recursos específicos como lo sonoro, la música, la voz, los instrumentos musicales, el trabajo corporal en niños que han adquirido cierta patología o no, pero con riesgo de contraerlas. En cada sesión y a través del juego los niños son co-constructores de dicha experiencia exponiendo de manera directa la sintomatología que será tomada por el equipo quien por medio de intervenciones buscará mejorar su facultad para enfrentar el conflicto actual. A partir de una etapa diagnóstica individual-institucional, y de una serie de datos aportados por las familias como así también por el relevamientos de datos que realiza el equipo se comienza con el trabajo musicoterapéutico. Con la política de presentar una alternativa distinta en salud, insertándola en la comunidad, con discusiones de marcos teóricos pero con un objetivo común que es la co-construcción en conjunto y la difusión de la musicoterapia, el equipo formado por Sebastián Alfonso y Mariana Lancura (ambos estudiantes de musicoterapia) y Cecilia Isla y Martín González (musicoterapeutas) comenzó a trabajar en las situaciones conflictivas de los habitantes de la villa N°20 de Lugano.
La tarea que este grupo está realizando en Lugano -y que en los próximos meses piensan ampliar a otras zonas de Capital y Conurbano- consiste no sólo en acercar la salud al barrio sino también en asistir a los que concurren a tomar este servicio a partir de las propias pautas culturales de la comunidad. Esto marca una gran diferencia con el modelo médico que encontramos en los distintos hospitales donde el saber y el poder se marca por medio del guardapolvo.